Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno.
HIMNO DIURNAL
I VISPERAS
DOMINGO DE PENTECOSTÉS
Mi Señor, Mi Dios,
Envíame Tu Espíritu Santo,
guía mis pasos,
ilumina mi conciencia,
embríagame con tu Espíritu Santo,
que colme mi alma,
Que me lleve al conocimiento de Dios,
de tu Amor y vivir tu paz,
Que tu Espíritu Santo,
me enseñe tu voluntad,
y me de la fortaleza necesaria
para perseverar,
y aunque sea oscuro el camino,
tu seas mi luz, y camines conmigo,
Dame Tu Espíritu Santo,
para conservar la alegría de vivir en ti,
CONCÉDEME AMARTE
CADA DIA MAS
DAME EL REGALO
DE DESEAR AMARTE MAS
Y BUSCAR EN TODO
Y EN TODOS
AMARTE MAS...
(Meditación,
Carta a los Colosenses,
Capítulo 1,
Versículos del 9 al 14)
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